Como una avalancha, sin dudarlo, vuelves a invadirme. Solo ha echo falta que un cliente me dijera "puedo coger una patata?" (mientras llevaba dos hamburguesas...) y he tenido que mirarlo, para, con desilusión, ver que no era quien mi mente me empujaba a ver. Claro, que si se presentara aquí, sin avisar...me muero. Tengo ganas de volver entre tus brazos, volver a besarte....